miércoles, 28 de noviembre de 2012

PHILIPPE KARL y “LA ESCUELA DE LA LIGEREZA”.

Nació en 1947. Deja los estudios de medicina y comienza a estudiar zootecnia en el año 1968, dedicándose a trabajar con los caballos. Ya en 1972 dirige un departamento de formación profesional ecuestre hasta 1979 en la Escuela de Zootecnia en Rambouillet. En 1980 tiene sus propias cuadras compaginando con las competiciones en concurso completo y salto. En 1985 fue nombrado miembro de la Escuela Nacional Francesa de Equitación de Saumur. Participa durante años en los espectáculos y las galas de alta escuela de “Cadre Noir” presentando números de riendas largas. En 1998 deja la Escuela Saumur y se dedica a dar clínics recorriendo y enseñando a muchos alumnos a montar a caballo en países de Europa y en Estados Unidos.


Entre los libros que ha publicado se encuentra “Escuela Superior de la equitación” y de la editorial “picobello” “El laberinto de la doma clásica moderna”; traducidos a varios idiomas con un merecido reconocimiento internacional. También posee un gran talento como artista, en sus libros aparecen dibujos realizados por él.

En el 2004 Philippe Karl fundó “La Escuela de la Ligereza” con el fin de transmitir la filosofía de la ligereza, donde se enseña a profesionales de la equitación durante tres años, también aprenderán la mejor forma de enseñar a sus alumnos. Con el objetivo de conseguir un caballo polifacético, ligero a las ayudas del jinete en todo momento, excluyendo cualquier uso de la fuerza o de medios de coacción, está dirigida a todas las razas pudiendo aplicarse a todas las disciplinas ecuestres. Hay varias etapas en la Ligereza, la inicial, la flexibilidad, la movilidad, la reunión.


Para ello se realizan movimientos del filete desde el suelo, para suavizar la boca, soltando la mandíbula. El caballo estará relajado si mueve la mandíbula. Hay que conseguir la cesión de la mandíbula con la elevación adecuada del cuello. La mano restablecerá el equilibrio y la relajación con cesión de la mandíbula. Tendremos que restaurar la impulsión con la pierna y con un uso inteligente de la fusta, el uso excesivo le lleva al pánico. Haremos flexiones laterales del cuello, mediante círculos y giros. Se realizaran transiciones varias, pasos laterales y gimnasia. Restableciendo la relajación y flexibilidad. El Piaffe es la esencia de la reunión; si se hacen transiciones del Trote al Paso atrás, se llega al piaffe. Utilizando el principio de Manos sin piernas (ligereza en la mano, haciendo pasos atrás sin resistencia) y Piernas sin manos (ligereza a la pierna, pasos enérgicos hacia delante).

                

Con ayudas ligeras enseñando los ejercicios para mascar e incurvarse en la mano. Tiene que acabar aceptando con suavidad el filete y, filete y bocado juntos. Llegar a unos buenos alargamientos, movimientos laterales, cambios de pie en el aire; un Piaffe enérgico con la nuca en el punto más alto, y las articulaciones posteriores bajas; un buen paso español; un Passage medianamente elevado pero regular.




martes, 27 de noviembre de 2012

ALOIS PODHAJSKY

ALOIS PODHAJSKY


Alois Podhajsky nació el 24 de febrero de 1898 en Mostar (Bosnia – Herzegovina), y llego a coronel del ejército austriaco. Murió el 23 de mayo de 1973 en Viena. Durante 25 años fue director de la Escuela Española de Equitación de Viena (Austria), entre 1939 hasta 1965. Fue también medallista Olímpico y escribió entre otros libros “Mis caballos mis Maestros” “La equitación Clásica”. La Escuela Española de Equitación de Viena, fue fundada en 1572 con los caballos de Raza Lipizanos, descendientes de la raza Pura Española, los caballos Lipizanos se adiestran para la doma clásica y alta escuela. Está situada dentro el palacio imperial de los Habsburgo, el edificio lo mando construir el emperador Carlos VI del Sacro Imperio en 1735, el picadero es de estilo barroco, el arquitecto se inspiro en el palacio de Versalles. Estos caballos son criados en la “Yeguada Piber Federal” de donde se abastece la escuela.
                                  
Podhajsky era director de la escuela durante la segunda guerra mundial, en los bombardeos a Viena, evacuo para mayor seguridad a los sementales y a las yeguas. Pero los refugiados intentaban robar estos caballos para comérselos, había que protegerlos. El general Patton del ejercito norteamericano conocía a Podhajsky cuando éste competía en los Juegos Olímpicos, puso bajo la protección de Estados Unidos a los caballos Lipizanos durante la guerra. Podhajky dio un espectáculo con los caballos y jinetes de la escuela a Patton y a los norteamericanos.

De la yeguada de Piber se apropiaron los alemanes de muchos caballos lipizanos, fueron llevados a una yeguada Nazi en Hostau (Checoslovaquia), rendidos los alemanes en abril de 1945, los norteamericanos recuperaron a los caballos Lipizanos antes de que cayeran en manos de los soviéticos que posiblemente los sacrificarían para carne. Después de la guerra los Lipizanos volvieron a Viena en 1955. Podhajsky fue muy conocido por salvar a los caballos y por su aportación a la doma clásica en la Escuela Española de Equitación de Viena, que en la actualidad es una de las más reconocidas en el mundo, máximo exponente del “Arte Ecuestre”.

                                            




En sus libros Podhajky nos dice que, la educación del jinete en la escuela Española de equitación de Viena, se realiza mucho tiempo montando al caballo a pelo cuando éste va a la cuerda, para que aprenda a equilibrarse y a mantener la postura más beneficiosa para los dos.

De sus enseñanzas es necesario destacar lo siguiente:

“De todas las artes, el arte ecuestre es lo que está más cerca del arte de vivir, porque todo lo que nos enseña es directamente aplicable a la vida misma”.



Deben aprender a repartir el peso entre manos y patas.
Las manos son las más cargadas. Hacer coincidir los dos centros de gravedad del caballo y jinete es esencial en el arte ecuestre.

Contacto es la unión entre la mano del jinete y la boca del caballo, para conducirlo y reunirlo.
El caballo buscara un suave apoyo con el bocado, con un contacto permanente y uniforme, buscando un sostén en la rienda “quinta pata”, se dice que el caballo está en la mano.
Permeabilidad existe cuando la tensión de las riendas influye a través de la nuca, del cuello y del lomo sobre las patas del mismo lado, haciéndolas obedecer.

Halagar con la mano y la voz, no necesita caricias en el cuello y menos palmadas.
Dejar andar con riendas sueltas después del ejercicio, poner pie en tierra y mandar al caballo a la cuadra sin montarlo.
La avena y el azúcar, después de los ejercicios son recompensas.

El Ritmo indica la frecuencia de los diferentes movimientos., conservar el ritmo regular debe ser uno de los principales objetos de la doma.
Al paso que no arrastre los miembros, que los levante.Si acortamos los trancos manteniendo el mismo ritmo se provoca una elevación de las extremidades, esto es la cadencia.
La mayoría de las resistencias provienen bien del miedo que el caballo siente en presencia del hombre, de no comprender lo que se exige o la imposibilidad de realizarlo.

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