domingo, 19 de mayo de 2013

El maestro François Baucher



Nació en el seno de una familia modesta en el año 1796 en la cuna de la equitación francesa Versalles, su padre era un comerciante en vinos que nunca hubiera podido dar a Baucher una educación que le sirviera para tener un futuro mejor.  Baucher sentía de niño una gran atracción por los caballos y su padre sintiendo que devía darle un oficio en el que poder destacar decidio enviarlo con su tío a Italia.

Partió a la edad de 14 años a la casa de su tío que dirigía en Milán los establos del príncipe Borghese.
Allí tuvo como instructor al maestro Frederico Mazzuchelli, quien le enseñó lo que serían las bases de su conocimiento sobre la equitación : "Anular toda voluntad en el caballo, remplazando la misma por la voluntad del jinete".
De vuelta en Francia, se encargó de la caballería y de los establos del Duque de Berry hasta 1820, momento en el que tomó otras dos casas en Havre y en Rouen.
En esta época Baucher tuvo la intuición de "oponer una tensión a las riendas igual a la fuerza de resistencia que hacía el animal", así esperaba que las contracciones de la nuca y del cuello del caballo cedieran.
 
Este método colocaba a los caballos por la acción de la mano dandoles una falsa reunión que años más tarde el mismo descubriría como un metodo barbaro e inutil que abandonaría y criticaría en uno de sus libros.
En 1833 publicó su Dictionnaire d'Équitation, donde expuso las bases de su método. Esta obra ciertamente es una referencia a tener en cuenta, incluso hoy día.
En 1834 volvió a París a la casa de la calle Saint-Martin. Y fue allí que comenzó la rivalidad con el vizconde de Aure, Antoine-Henri-Philippe-Léon d'Aure, quien cumplía funciones no lejos de allí en la casa de la calle Duphot.
 
François Baucher aceptó competir en el Cirque des Champs Élysées, a condición de no hacer un espectáculo de este encuentro.
 
Además de definir y presentar los aires de escuela y los cambios de pie (los que reivindica la paternidad al igual que Antoine d'Aure), François Baucher también presentó otras figuras algo más alejadas del arte ecuestre (caballo sentado a la mesa, etc.). En 1837 publicó su segunda obra, Le résumé complet des principes de la nouvelle méthode, seguida luego por Les passe-temps équestres (1840), Dialogue sur l'équitation (1841), y en 1842 por Méthode d'équitation basée sur de nouveaux principes. Esta última obra tuvo un exito espectacular, con tres ediciones en menos de seis meses.
Hacia fines de 1830, el enfrentamiento era abierto entre baucheristas y auristas, pasando por un punto culminante llamado «affaire Géricault ». Este pura sangre pertenecía a Lord Seymour y había desmontado a todos los jinetes que se habían atrevido a cabalgar con él. Al ver esta situación, su propietario anunció que ofrecía el caballo a quien pudiera circular alrededor del Bois de Boulogne imponiéndose siempre frente al animal reputado como inmontable. Después de que fracasara un alumno de Antoine d'Aure, fue un alumno de Baucher quien aceptó el desafío, logrando ganar la apuesta (aunque gracias a que hizo circular a Géricault en medio de una decena de caballos, no fue en tanto por sus calidades ecuestres que consiguio dominarlo). El caballo llegó entonces a las cuadras de Baucher, y un mes más tarde, en una prueba de doma clásica, François Baucher presentó Géricault y triunfó frente a todo París, logrando así despertar la admiración del Duque de Orléans, quien más tarde fue incluso su protector.
Pero apesar de este sonado éxito, el ribal de Baucher Antoine d'Aure, fue a partir de 1847 jinete en jefe de la Cuadra de Saumur, distinción anhelada por Baucher desde hacía mucho tiempo.
Baucher tuvo dos epocas la primera considerada la más dura fué la más larga pues la carrera como jinete de Baucher duró más de 30 años, en esa época primera sus métodos duros fueron mal vistos y muy criticados por los maestros de la equitación, especialmente por utilizar el uso de la fuerza para combatir la resistencia en el caballo como ya cite antes en este texto. Estos metodos de su primera época incluyen el abuso de las espuelas en los flancos del caballo.
Una de las mayores críticas de su primer método es que muchos de los estudiantes de Baucher tuvieron problemas con la falta de impulso resultante del uso de su técnica. Nunca incluyó un ejercicio de impulso en sus libros. Tenía una técnica para conseguir que el caballo respondiera con rapidez a la pierna, apenas tocando el caballo con sus pantorrillas, si el animal no respondía le estimulaba (sin el uso de la mano). Sin embargo, esta técnica no ha proporcionaba una gran impulsión.
 
Consideraba al paso "la madre de todos los aires" si al paso en algún momento el caballo pierde la suavidad de la mandíbula y el cuello, el la restablecía en la marcha, y sino se puede restablecer, el caballo es inmediatamente devuelto a la parada hasta que se somete.
Con su método se había enseñado al caballo que la inmovilidad era la respuesta correcta a las ayudas de la pierna. Por eso el impulso era difícil de obtener, Baucher por eso, empleó el látigo, para conseguir el movimiento del caballo. Decían que el látigo parece ser un instrumento necesario para el Sr. Baucher, nunca se le veía sin él, y a veces lo utilizaba con extraordinaria severidad.
Baucher resultó gravemente herido cuando una gran lámpara de araña cayó sobre él mientras montaba y necesitó varios años para recuperarse. Después del accidente, Baucher no podía aplicar las ayudas en el mismo grado de severidad que antes. Por lo tanto, cambió su sistema. Aquí comienza su segunda época a mi gusto la más brillante. Baucher entonces comenzó a utilizar la posición del cuello medio alto y las vibraciones para disminuir la tensión muscular. Rechazó el uso de la aplicación simultánea de la mano y la pierna, y se le ocurrió la idea de "la mano sin piernas, las piernas sin manos". La mano se utiliza para regular la acción, las piernas para aumentar la impulsión. Por lo tanto, si la mano se deja caer, la pierna mantiene la presión, el caballo debe atender inmediatamente a la pierna. Este fue un gran avance de la teoría de Baucher, manteniendo los caballos fuertemente con la pierna. También simplificó su método, por lo que es más fácil de utilizar para el jinete aficionado o medio. En este método también se emplea el uso de una sola rienda a la vez, en lugar de dos.
Muchos entrenadores y jinetes en la actualidad están encontrando validez en el trabajo que hizo durante la segunda fase de su carrera. En particular, las técnica de flexiones que Baucher desarrollo, y el principio de la "mano sin pierna, la pierna sin mano".
François Baucher murió el 14 de marzo de 1873 en París. Sus más célebres discípulos fueron el general Alexis L'Hotte (quien más tarde prohibió la aplicación del método de Baucher en la armada), y el general Faverot de Kerbrech.
 
Nos dejo frases tan celebres como: "El hombre que no lleva su amistad al caballo y no admira a este noble animal, es un hombre incompleto."
 
Le gustaba retratarse con su caballo favorito, un pura sangre llamado Partisan, que llego a sus manos considerado como inmontable, Baucher lo convirtió en su obra de arte y llego a decir de él: "...el brillante término de su educación demostró que no era indomable."
Sus grandes preceptos se basaban en la búsqueda del estilo y de la simplicidad, siempre lamento el haber utilizado al principio de su carrera métodos agresivos y critico duramente a los jinetes que no evolucionaban como el.
 
Alguien dijo una vez: "ser baucherista es estar siempre en la busqueda continua del método que mejor y con más facilidad nos permita montar a caballo".
 
Muchos jinetes han considerado a Baucher como el mejor jinete de su tiempo, el coronel M. Carrelet dijo de él: "...obtiene resultados maravillosos que no se obtienen en seis meses por los antiguos procedimientos."
 
También algunas de sus recomendaciones que se seguían en La escuela española de equitación de Viena a finales del siglo XIX fueron prohibidas a principios del siglo XX.

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